Cita



El momento de la verdad nunca llega, el momento de la verdad nunca se va.
Ramón Eder

miércoles, 21 de octubre de 2015

Regreso al futuro

Teníamos contratadas las cenas en un restaurante céntrico, La Chaine D'or. Muy cerca había un cine de los de toda la vida, Cinéma Vox, con mucho ambiente. Cada noche sentía una sana envidia al contemplar la escena de los espectadores haciendo cola en la taquilla o tomando algo en el ambigú antes de entrar en la sala. Una estampa de otros tiempos. En Córdoba ya no quedan cines en el centro de la ciudad. El último en cerrar fue el Alkazar, donde hace muuuuchos años vi por primera vez Regreso al futuro.

Precisamente esa era la película que proyectaban en el Cinéma Vox el pasado sábado. Entre eso, los miles de kilómetros recorridos, el frío riguroso y los adornos navideños que se vendían en multitud de tiendas, me hizo sentir que era yo el que había hecho un viaje al pasado en el que se estrenó la película.

Ahora me entero de que la película ha regresado a las salas de los cines porque hoy, 21 de octubre de 2015 es el día exacto en el que Martin McFly vuela al futuro. Así que el futuro era hoy. Este es el primer futuro que alcanzo y me hace sentir un poco de vértigo. Recuerdo 1984 y las conmemoraciones orwellianas (aunque no supiera quién era Orwell ni cuál su profecía), así como 2001 y su odisea particular. Pero esos eran futuros creados antes de mi nacimiento y, por lo tanto, no me afectaban en absoluto. Es más, me parecía de lo más natural que el futuro concebido en un pasado remoto hubiera al fin llegado.

Regreso al futuro es otra cosa. Vi la película en el cine y muchas más veces después. Apodamos McFly a un amigo del colegio (porque se parecía a McFly padre de joven, no a Michael J. Fox). ¿Ya ha llegado 2015? ¿Martin McFly ha dejado de ser el modelo de adolescente guay para convertirse en padre de familia agotado por el trabajo? ¿Tan rápido? Glups.

Los medios de comunicación están celebrando el día de Regreso al futuro haciendo una lista de los aciertos y fallos que la película tiene acerca de los avances tecnológicos que disfrutaríamos en 2015. Sí, existe la videoconferencia. No, no existen los coches voladores. Sí, no, sí, no... Hasta el USA Today ha salido hoy con la portada con la que aparece en la película:


Y hablando de periódicos, ¿quién me hubiera dicho a mí hace 30 años que el día en que Martin McFly aterrizase en el futuro el periódico de mi ciudad publicaría unas declaraciones mías? La coincidencia me hubiera parecido más increíble que los patinetes voladores.

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martes, 13 de octubre de 2015

Comentarios perdidos

Ayer escribí un comentario en el blog de AMM pero se perdió en el limbo de internet. Ni siquiera en el purgatorio de los condenados a moderación. Missing. Como no es la primera vez que me pasa, tuve la precaución de copiar el comentario antes de enviarlo. Al ver que la publicación no se consumaba intenté enviarlo de nuevo mediante un copia/pega, con el resultado de que la plataforma Wordpress me advirtiera de que el comentario estaba duplicado y, por lo tanto, lo desestimaba. ¿Alguien me lo explica?

En fin, que lo publico aquí, que para eso tengo un blog. Sería conveniente leer primero el último artículo de AMM en Babelia. A partir de ahí:


Gaspard, es posible que el europeísmo sea una emoción. Pero el antieuropeísmo es otra, yo diría que incluso de más intensidad. Votar no a Europa es fácil. Casi todo el mundo vota en contra de algo, muy poca gente vota a favor. Los catalanes que quieren la independencia a lo mejor creen votar sí a un Estado nuevo pero lo que de verdad desean es votar no a un Estado viejo. Muchos electores votan a X simplemente porque no soportan a Y. ¡Qué viene la derecha-facha! ¡Qué viene el frente bolivariano! Votadme a mí para que no ganen los otros.

No hay, en tal sentido, demos europeo, no hay un pueblo europeo. Y por mucho que la vulgara europeísta lo repita, no va a ser jamás verdad. (...)los pueblos de cada Estado-nación -que es la única forma posible de demos y el único marco potencial de democracia.
Un poco categórica la afirmación, ¿no? Las sociedades evolucionan. El Estado-nación tampoco será el fin de la historia. Seguro que la UE y el euro tienen grandes deficiencias. Como toda obra humana. Como la democracia yanqui, la británica, la suiza o cualquier otra que se ponga como ejemplo. Bienvenidas las críticas que sirven para mejorar. Pero me parece mezquino y cínico no valorar los méritos, que también son llamativos.

A su estilo provocador, creo que Zacarías está en lo cierto. Los ciudadanos valoraríamos más las instituciones europeas si las conociéramos mejor. Hay un gran déficit de educación (otro). Yo intento aportar mi granito de arena. En los últimos cuatro cursos he participado con un grupo de alumnos en el concurso Euroscola que convoca el Parlamento Europeo. El año pasado lo ganamos. Aquí se puede ver nuestro proyecto:
http://trassierrascola.blogspot.com.es/

Y como consecuencia de ello dentro de pocas horas partimos hacia Estrasburgo, donde el día jueves 15 celebraremos una sesión en el Parlamento con estudiantes de otros países. Nuevos ciudadanos europeos.


Aprovecharé el largo trayecto para leer el texto de Manent.